Dínamo


"Dínamo", el nuevo viaje poético y burlón de Timbre 4

"Dínamo", la nueva creación de Claudio Tolcachir, Lautaro Perotti y Melisa Hermida, propone al espectador un viaje burlón y poético por el entramado de los vínculos, en una puesta que transcurre en una casa rodante con música en vivo, donde cada detalle visual habla sobre los universos habitados por las tres protagonistas, puede verse los viernes y sábados en Timbre 4 del barrio porteño de Boedo.

Tres mujeres en distintos momentos de la vida, tres mundos que a veces parecen fundirse en uno para ocupar cada rincón de una suerte de motor home abandonado, quieto en el medio de la nada.

Tres historias que confluyen en un espacio común, destinadas por obstinación del azar a compartir sus miserias y verdades, aunque ninguna de sus protagonistas haya elegido estar allí.

De todos modos, la trama de "Dínamo" es mucho más que eso, prescinde del significado habitual de las palabras, ya que no precisa ser narrada, y su dinámica se construye como una suerte de collar de imágenes de gran carga simbólica, con sonoridad propia.

La escenografía construida por Gonzalo Córdoba Estévez, resulta elocuente para dar pistas acerca del pasado y el futuro de las criaturas a través de la presencia de objetos, un póster con la fecha de un recital, una raqueta con poco uso, un móvil de tela para chicos, aunque toma la precaución de no anclar sentidos, conformando un todo bello, casi un cuadro.

Desde el diseño de esa vivienda particular abierta a la mirada del espectador, ya se lo invita a ocupar un lugar activo y entregarse a transitar un itinerario dotado de una sonoridad propia, como si fuera posible trasladarse con la imaginación y viajar por la melodía de una canción.

Los acordes generados por el músico y actor Joaquín Segade se funden con los preciosos trabajos de las tres actrices, donde la mirada de los directores supo potenciar el sello característico, la melodía de cada una.

En esa suerte de partitura para mirar que puede disfrutarse en una sala de Boedo, cada labor actoral gana un sonido particular que lo distingue y juntos logran desplegarse en comunión con el resto, gracias a la puntillosa dirección compartida.

Dentro de esa dinámica casi musical, Lubos ("Amanda vuelve") entrega una criatura grave, oscura, y consigue dotarla de una exquisita carga dramática que resplandece en algunas escenas, más precisamente cuando ella canta, mientras su voz trepa para adueñarse de cada rincón de la escena, micrófono en mano.

La deliciosa Rasenberg ("Para mi sos hermosa") conmueve desde un trabajo a puro cuerpo, rico en matices, capaces de transmitir a partir de gestos, pareceres sobre cuestiones hondas y diversas entre sí, los abismos de la maternidad, la dicha de vivir pese a todo y la sensación el tiempo siempre mordiendo los talones.

"Dínamo" rinde homenaje al genial dramaturgo irlandés Samuel Beckett desde su humor absurdo que la atraviesa, y el encantador trabajo de Pal con su rara alquimia de comicidad y desgarro, parece sintetizar el espíritu burlón que convive junto a la poesía de la pieza.

La puesta se aleja del tono hiperrealista de otras creaciones de la factoría creativa Timbre 4, las premiadas "La omisión de la familia Coleman" y "El viento en un violín", ambas en cartel en La Plaza, "Tercer Cuerpo", y "Emilia" en gira por Italia, y corre el riesgo de alejarse de ese lenguaje para explorar la música simbólica de los cuerpos.

Signada por la sonoridad significante, cada escena parece traer a colación aquella frase del poeta francés Rimbaud "hay que cambiar la vida", la obra realiza funciones los viernes y sábados, a las 21 y 23, en México 3554.

Fuente: Télam

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