Miguel Ángel Solá y Daniel Freire: El veneno del teatro



Feliz retorno de dos grandes actores

Miguel Ángel Solá y Daniel Freire protagonizan El veneno del teatro

Los dos se fueron de la Argentina hace 13 años. Aquí no se conocían personalmente, aunque compartían una actividad: el teatro. Miguel Ángel Solá y Daniel Freire, por distintas circunstancias, se afincaron en Madrid y comenzaron a desarrollar su trabajo alcanzando ambos una repercusión muy fuerte. Finalmente se hicieron amigos allí y empezaron a fantasear con la idea de trabajar juntos. El proyecto no fue fácil de concretar hasta que una coproducción argentino-española los unió: El veneno del teatro , una pieza de Rodolfo Sirera que, con la dirección de Mario Gas, se estrenó en noviembre pasado en Madrid y ahora hace funciones en el Maipo de Buenos Aires.

Ambos intérpretes se muestran felices por compartir esta tarea. Señalan que, en escena, cada uno se siente muy protegido por el otro. Las expectativas son grandes. "Me da mucha ilusión este estreno aquí -apunta Daniel Freire-. Me fui hace tiempo por cuestiones personales, afectivas, y cada obra que hacía intentaba ver como traerla a Buenos Aires. Esta vez el proyecto vino completo. Uno siempre guarda en el corazón las ganas de volver al lugar en el que nació, se formó. Es parte de mi espacio. Y estoy volviendo de la mano de Miguel Ángel y eso para mí es muy importante."

Solá estuvo a fines del año pasado en Buenos Aires presentando Como por un tubo , en el Sha. Esa entrada a la ciudad fue breve, igual de intensa, pero ahora siente más ansiedad: "En el compendio de las cosas más bonitas que me pueden ocurrir es saber si la gente tiene ganas de volver a verme sobre un escenario. Saber cómo queda uno en el recuerdo", dice.

El que guarda un preciado recuerdo suyo es precisamente su compañero Daniel. Se formó en la Escuela de Teatro de La Plata en los años 80. Para su generación, actores como Miguel Ángel Solá, Danilo Devizia y Manuel Callau fueron referentes importantes. "Eran actores que tenían una capacidad expresiva potente y un fuerte compromiso con lo que hacían -comenta-. Recuerdo que cuando estudiaba, Miguel fue a La Plata a presentar la película Momentos, al Cine 8, y entonces dijo cosas que marcaron realmente mi camino, que me permitieron ir organizando inconscientemente este oficio". Freire vino en los años 90 a Buenos Aires, estudió con Raúl Serrano y participó en obras como La revolución es un sueño eterno , Cuestiones con Ernesto "Che" Guevara y Ángeles en América . Luego partió a España, "por cuestiones afectivas", explica él, y allí desarrolló una carrera ascendente, tanto en teatro como en cine y TV.

Ausente de su ciudad también trece años, Solá cuenta que siguió trabajando en teatro, aunque para otro público. "El estar nuevamente acá no me parece un desafío -explica-. Es como si ayer hubiese dejado de trabajar en Buenos Aires. Me gusta el escenario, la idea de poder ofrecer un buen espectáculo. Necesito estar trabajando porque necesito probar mi cuerpo continuamente, porque tengo un cuerpo muy operado, muy lleno de accidentes y me ha agarrado una especie de obsesión de que si no trabajo voy a perder las capacidades que tengo, porque voy a dejar de confiar en mi cuerpo". Vive esto como "un interés muy egoísta", aunque se le hace notar que es puramente vital. Tanto como el recuento de la actividad que desarrolló en España junto a su ex compañera también en la vida, Blanca Oteyza. Su último trabajo juntos, Por el placer de volver a verla , se mantuvo dos años en cartel. Y luego él la dirigió en Antes te gustaba la lluvia .

El veneno del teatro , la pieza que posibilita este fuerte reencuentro con la Argentina, está muy ligada al juego escénico. Freire compone a un actor destacado, quien es convocado por un fuerte empresario para un proyecto que no se le anuncia. A medida que la charla transcurre, en un marco de notable tensión, muchos interrogantes se abren en torno del arte. Tantos que hasta parecería exigírsele que dé respuestas a cuestiones de las que sólo el arte puede proponer una reflexión.

BUENOS AIRES, AQUELLA CIUDAD
Solá ve a esta Buenos Aires con cierto dolor. "Está horrorosa. Para saber cuál fue el sueño de esta ciudad hay que mirarla desde un primer piso hacia arriba. El lugar de convivencia es espantoso. Es como un lugar que no pertenece a nadie. Está muy castigada, muy fea físicamente. Cuando vengo a Buenos Aires extraño Buenos Aires. Hay una enorme falta de cariño de parte de los que gobiernan y de los que viven en la ciudad por la ciudad. Es como si todas las maldiciones hubieran decidido terminar con la ciudad."

"ME GUSTA MUCHO EL PAÍS"
Daniel Freire repite esa frase varias veces durante la entrevista. "No sé si me planteo volver, aunque siempre sueño con hacerlo. Me gusta este país, la exuberancia, esa cosa bruta que tiene América latina. En lo bueno y en lo malo. Aunque esa cosa de estás conmigo o no estás, sos mi amigo o no, que se está dando aquí, me preocupa. Yo no soy K porque no he estado aquí, no veo el proceso. Pero no soy anti K porque creo que, en muchos aspectos, se han dado avances muy grandes en los últimos ocho años".

Fuente: La Nación

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